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El legado de Ramiro Tejada en la escena teatral de Medellín

El legado de Ramiro Tejada en la escena teatral de Medellín

Foto: Cortesía

Ramiro Tejada nació en 1951 en Medellín y hasta el último día de su vida veló para que la escena teatral en la ciudad siguiera vigente.

Tejada influyó en el sector del teatro no solo en la capital antioqueña sino también en Manizales y Bogotá. Y a pesar de que su profesión fue el derecho, siempre estuvo comprometido con el desarrollo del arte y la cultura de la región.

En 1984, Ramiro Tejada se graduó como abogado pero sus caminos siempre lo conducieron al teatro. Según contó él mismo en entrevista con el periódico Medellín en Escena, mientras estudiaba Derecho se encontró con el arte.

"Estaba estudiando Derecho en la Universidad de Medellín y ahí en una huelga estudiantil me tropecé con el teatro, vi a Bernardo Ángel de La Barca de los Locos en el auditorio lleno haciendo 'El daño que produce el tabaco', de Chejov", contó en su momento Tejada a Medellín en Escena.

Como abogado, Ramiro fue personero delegado, director de la Unidad para la Protección e Interés Público y asesor jurídico de Producciones Filmamento durante la producción de las películas “La Vendedora de Rosas” y “Sumas y Restas”, de Víctor Gaviria. Así vinculó con su profesión con su más grande pasión, el teatro.

Pero sin duda durante su vida Ramiro se enamoró de la cultura y el arte, por eso además de ser actor en las obras “El Padre Casafús”, “Tribulaciones de un Abogado que quiso ser Actor”, “Amantina o la Historia de un desamor” y “Las Burguesas de la Calle Menor, se formó en Cuba como director de actores y en 1996 fundó la Revista Ateatro, con la que buscó crear un espacio de pensamiento, crítica y reflexión en torno al teatro en Medellín.

Tejada fue también actor del Teatro Fanfarria, Hora 25 y la Oficina Central de los Sueños. Además, desde sus conocimientos y su faceta como abogado, se lanzó a la Alcaldía de Medellín para "señalarle a la ciudad y a los medios la importancia de la actividad cultural".

"Eso fue un embeleco, impulsos. Teníamos una oficina de abogados, al lado había una contadora, llamé a tres amigos para que me acompañaran a la Registraduría a la inscripción justo el día en que se cerraba (...) Me niego a creer que mi candidatura fuera una metida de pata, provocamos una reflexión sobre el asunto cultura", puntualizó Tejada al periódico Medellín en Escena al ser cuestionado por su candidatura.

Ramiro también tuvo una faceta como docente: dictó clases en formación jurídica básica en el suroeste, fue asesor de práctica del Consultorio Jurídico de la Universidad de Antioquia y dictó seminarios con diplomas de Derechos Humanos en la Comuna 8.

A Ramiro Tejada la vida le permitió vivir 68 años dedicados al teatro. En la mañana del domingo 12 de mayo un paro cardiaco detuvo los latidos de su corazón. Sin embargo, su trabajo por el teatro en Medellín será un legado perdurará con el pasar del tiempo.