Si hay algo que caracteriza a Guayabal, Cristo Rey, son sus sabores. Al darse una pasadita por el barrio, es imposible no rendirse ante sus delicias.
Cristo Rey sabe a hogar, a calle, a historia. Muchos de los productos icónicos del sector se han construido con amor y familia, como es el caso de los pasteles de su parque: tan deliciosos que, desde hace 20 años, la gente no puede dejar de comerlos.
“Vengo casi todos los días. Vengo y me como siempre tres, cuatro o cinco pastelitos diarios. Vea la barriga que tengo ya”, contó Víctor Betancur, habitante de Cristo Rey.
“El secreto es hacerlos con mucho amor, mucho sacrificio. Es un negocio familiar, es mi mamá, y trabajamos nosotros, mis hermanas y mis hermanos”, indicó Aída Holguín, vendedora de empanadas.
Pero eso no es todo, la chinchurria de ‘La Tía’ se ha ganado su propia fama por su crocancia perfecta y esa sazón que solo las manos con experiencia y cariño saben dar.
“Mire qué productos tan buenos, tan deliciosos, con limoncito, papita, arepa, vea”, señaló trabajadora de ‘La Tía’.
Y si de clásicos se trata, los Asados de El Tigre llevan 32 años haciendo lo suyo: llenar el parque de Cristo Rey con aroma a carbón y familia.
“Tengo unos productos que han gustado mucho, como el sudado de oreja con yuca, papa, arepa y ensalada; ese es el plato fuerte mío de acá. Y así tengo como trece productos diferentes: carnes asadas, chuzos, chicharrón con yuca, papa, arepa y ensalada”, afirmó Bernardo De Jesús Ochoa, vendedor de Asados El Tigre.
¿Se va a animar? Dese una vueltica por Cristo Rey y déjese conquistar por esos sabores que no fallan, porque allí la comida también le robará el corazón.
