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Pyongyang hace saltar las alarmas al anunciar el nuevo lanzamiento de un cohete

Seúl, 1 dic (EFE).- Corea del Norte anunció hoy que lanzará un cohete de largo alcance entre el 10 y el 22 de diciembre con el supuesto fin de poner en órbita un satélite, lo que desató las críticas inmediatas de Corea del Sur por lo que considera una prueba balística encubierta.
La agencia estatal norcoreana, KCNA, confirmó que el país prepara el próximo lanzamiento del cohete Unha-3, tras un intento fallido el pasado abril que terminó con la lanzadera hecha pedazos cuando sobrevolaba el Mar Amarillo poco después de despegar.
Un portavoz del norcoreano Comité para Tecnología Espacial, citado por KCNA, aseguró que científicos y técnicos "analizaron los errores cometidos durante el lanzamiento de abril y profundizaron el trabajo para mejorar la fiabilidad y precisión del satélite y el cohete portador".
Agregó que, una vez se completen los preparativos, el cohete se lanzará desde el Centro Espacial de Sohae, en la provincia noroccidental de Pyongan del Norte, portando una nueva versión del satélite de observación Kwangmyongsong-3.
El anuncio de Corea del Norte confirmó los temores que apuntaban a un lanzamiento de este tipo en pocas semanas, después de que a finales de noviembre imágenes tomadas por satélite mostrasen una actividad inusual en esa base espacial norcoreana.
El régimen liderado por el joven Kim Jong-un, que asumió el poder tras la muerte de su padre, Kim Jong-il, el 17 de diciembre de 2011, asegura que el objetivo es poner en órbita de modo "pacífico" un satélite, igual que en abril, y defiende su derecho a desarrollar su programa espacial.
Sin embargo, países como Corea del Sur y EEUU sostienen que en realidad estos lanzamientos son pruebas bélicas encubiertas, ya que el cohete Unha-3 usa en la práctica la tecnología de un misil de largo alcance Taepodong-2.
Por eso, violaría los mandatos de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que impiden al régimen comunista realizar actividades relacionadas con misiles.
Tras conocerse el anuncio norcoreano, el Ministerio de Exteriores de Corea del Sur expresó en un comunicado su "grave preocupación" y advirtió a Pyongyang de que, en caso de que lleve a cabo su plan, tendrá una "respuesta enérgica" por parte de la comunidad internacional.
"El intento de Corea del Norte de lanzar de nuevo un cohete de largo alcance es una grave provocación" y "un desafío a toda la comunidad internacional", indicó.
El anuncio de la operación entre el 10 y el 22 de diciembre llega en un momento especialmente delicado para Corea del sur, que celebrará elecciones presidenciales el 19 de diciembre.
Las relaciones con el vecino comunista son una parte importante de la contienda entre los dos candidatos, el progresista Moon Jae-in y la conservadora Park Geun-hye, del partido del actual presidente, Lee Myung-bak, que ha seguido una línea de mano dura hacia Pyongyang.
Hasta ahora, ambos aspirantes a la Presidencia se habían mostrado dispuestos a tender una mano al Norte para rebajar el clima de tensión en la península, pero el nuevo anuncio hace prever un nuevo giro en sus discursos.
También el Gobierno de Japón recibió hoy con alerta el plan norcoreano, que llevó al primer ministro, Yoshihiko Noda, a ordenar a los Ministerios competentes que tomen medidas para garantizar la seguridad.
Noda, según fuentes del Ejecutivo recogidas por la agencia local Kyodo, indicó además que está preparado para instar a Corea del Norte a desistir de la operación, en cooperación con China, Rusia, EEUU y Corea del Sur (miembros del estancado diálogo a seis bandas para la desnuclearización norcoreano).
Cuando se produjo el lanzamiento del pasado abril, Japón desplegó tres navíos destructores con equipos de interceptación Aegis en el Mar de Japón y el Mar Oriental de China con cazas F-15 de apoyo, al tiempo que instaló plataformas de misiles PAC-3 en Tokio y la sureña Okinawa, que estaba en la posible trayectoria del cohete.
Corea del Norte ha asegurado en esta ocasión que "se ha elegido una trayectoria de vuelo segura para que las partes del cohete portador que pudieran caer durante el proceso de lanzamiento no afecten a países vecinos".