Tatiana tiene 22 años y cuando era niña llegó a Medellín desplazada por el conflicto armado; nunca tuvo como prioridad terminar su bachillerato, pues trabajar era más importante. Al tener a su hija Salomé, ser bachiller se convirtió en su sueño pero no tenía quien se la cuidara. Hoy cursa octavo grado en el Cepar y allí mismo en el Ceparcito le cuidan a su pequeña.
El Cepar es una estrategia de intervención psicosocial y formativa de la Alcaldía de Medellín para poblaciones vulneradas, que tiene como valor agregado el Ceparcito.
Con esta estrategia el cuidado de los hijos ya no es un obstáculo para terminar el bachillerato. Tatiana espera graduarse para llegar a ser policía y así darle una mejor vida a Salomé
En la actualidad el Cepar atiende cerca de 800 estudiantes y a un grupo de 40 niños y niñas en el Ceparcito.
