Visitamos con nuestra Cámara Ambulante el municipio de Bello donde conocimos en una unidad residencial con viviendas de interés social, la experiencia de lavadoras comunitarias que lleva ahorro y bienestar a los habitantes y usuarios. Esta es la historia de la primera experiencia con una sala comunitaria para lavado y secado que se realiza en el Valle de Aburrá.
En un costado da la vía Machado entre Bello y Copacabana está Toledo Campestre, unidades habitacionales de interés social que hoy tiene la primera experiencia en el Valle de Aburrá con una sala moderna de lavadoras comunitarias, que según sus administradores, aportan al ahorro familiar y a la convivencia entre vecinos.
Es una prueba piloto que ya tiene presencia en dos zonas de Medellín y Bello. Con ocho lavadoras y diez secadoras, esta sala comunitaria quiere revolucionar la forma de lavar y secar la ropa en la ciudad, aquí llegan los habitantes con su ropa, sacan su tarjeta prepagada y encienden los equipos y con menos plata y más comodidad, acuden motivados a las lavadoras comunitarias.
Es práctico y sencillo y con una sala comunitaria de lavado y secado se busca además, integrar y propiciar el encuentro de los habitantes que en oportunidades ni se conocen con sus vecinos y aporta al ahorro familiar, porque no hay que comprar electrodomésticos ni se consumen servicios de luz, gas y agua.
Se estima que con estas salas de lavadoras comunitarias, las familias puedan aprovechar mejor el espacio físico en sus apartamentos..