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noun-live-broadcast-1664839 Señal en vivo

Primavera en Oslo

Las calles del centro de Oslo están repletas de flores. En las aceras, en las rejas de las edificaciones, en las ventanas, en los postes, en los muros, en las fuentes públicas. Predominan las rosas blancas y rojas, pero las hay de todos los colores.

Es la respuesta de los noruegos a la masacre perpetrada por Anders Behring Breivik el pasado viernes. Un tributo a las víctimas. Contrario a su intención, algo así como desatar una guerra xenófoba en los países escandinavos e intimidar al Partido Laborista, los ciudadanos sólo han proclamado mensajes de amor, paz y democracia.

Europa sigue conmocionada

Los efectos suscitados por los actos  de Breivik -quien se ha mostrado frío, calculador, cínico-, han sido contrarios a sus deseos. Al menos por el momento.

Los líderes en Europa, hasta ahora escépticos o flexibles con los movimientos y partidos ultraderechistas, comenzarán a mirar con lupa el pensamiento sectario de algunos partidos que han estado escalando escaños en los parlamentos europeos.

En Alemania, por ejemplo, el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) y Los Verdes, las dos principales formaciones de la oposición en Alemania, hicieron un llamado para endurecer la lucha contra la ultraderecha y reforzar la vigilancia de los portales neonazis en internet.

La presidenta de los Verdes, Claudia Roth, pidió al Gobierno de la canciller Ángela Merkel –de la centroderecha-, a “actuar con mayor determinación” frente a la ultraderecha.

La secretaria general del SPD, Andrea Nahles, lanzó una propuesta más osada: prohibir el Partido Nacional Democrático (NPD), considerado aglutinador de los nuevos neonazis, o al menos, de su ideología, en el país. Iniciativa que cursó ante el Tribunal Constitucional, pero fracasó en el 2003.

El tema entró en la agenda de la Unión Europea. El próximo 22 de septiembre, durante el próximo consejo de ministros de Interior y Justicia, los ataques en Noruega, la radicalización, la xenofobia y el extremismo en Europa serán analizados por los líderes.

Ésta es sólo una medida. Otra, es la creación de una red cuya misión será la de censurar, combatir la expansión de ideas fundamentalistas en Europa. La idea, según explicó el vocero de la comunidad europea, es crear más instrumentos para frenar la propagación del odio contra los inmigrantes y ciertas etnias y religiones.

Entre tanto, las autoridades noruegas siguen haciendo conjeturas sobre los posibles cómplices de Breivik, quien ya contradijo su primera versión de que actuó solo. El fiscal de la Policía noruega, Christian Hatlo, confirmó ayer que en efecto, hay una “especie de red” que abarca Noruega y varios países europeos, aunque reconoció que hasta ahora no se ha identificado ninguna conexión entre el asesino y un tercero.

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