La Plaza de San Pedro resaltó nuevamente como un escenario celestial. Rodeada de miles de personas y bajo el cielo del Vaticano, junto al Tíber, Karol G hizo historia con una presentación que tocó el alma.
En el concierto “Gracia para el mundo”, la música se volvió puente entre culturas, religiones y corazones en un llamado a la paz, al amor y al cuidado del planeta.
Antes de salir al escenario, su padre le dio una bendición que selló el momento. Y entonces, con la voz temblando de emoción, Karol G cantó “Mañana será bonito”, no solo como canción, sino como una promesa. Fue una interpretación profunda, íntima, que abrazó a un público conmovido en un lugar sagrado.
El momento más sublime llegó cuando el tenor italiano Andrea Bocelli se unió a la cantante paisa para interpretar “Vivo por ella”. Juntos crearon un instante mágico, un canto a la vida y a la fuerza de la música.