El embajador de Estados Unidos, John McNamara, regresó a Colombia cinco días después de haber sido llamado a consultas urgentes en Washington, el pasado 3 de julio.
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Su retorno estuvo acompañado de un comunicado que deja ver la fragilidad actual en las relaciones entre Colombia y Estados Unidos:
“Después de consultas exhaustivas en Washington, llegué a Medellín con preocupaciones persistentes de mi gobierno sobre la retórica y acciones de los más altos niveles del gobierno colombiano”.
La razón de esta última crisis, oficialmente, es la molestia de Estados Unidos por unas declaraciones del presidente de Colombia, Gustavo Petro, durante un acto político el 11 de junio:
“Que si Marco Rubio estaba en un golpe de Estado contra Petro… No creo que Marco Rubio esté en un golpe de Estado contra Petro”.
Esta declaración provocó el descontento del Gobierno de Estados Unidos, una molestia que también fue expresada por el embajador de Colombia en Washington, Daniel García Peña.
Sin embargo, en su comunicado, el embajador John McNamara ratificó que aún persisten “diferencias políticas con el Gobierno” de Gustavo Petro.
“Lamento ver hasta dónde nuestra alianza, formada por sacrificios mutuos y confianza mutua, ha llegado hoy en día”.
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Durante la Feria Aeronáutica en Rionegro, el embajador encargado de EE. UU. se reunió con el presidente Petro. Aunque el encuentro fue cordial, el diplomático advirtió que el discurso del Gobierno colombiano podría afectar las relaciones entre ambos países.
“Espero discutir estos asuntos con el gobierno colombiano y transmitir los pasos concretos que la Administración Trump busca con urgencia por parte del gobierno colombiano”.