Junto al hallazgo del cadáver de un bebe de 8 meses en el barrio La Esperanza, sumado al reciente asesinato del pequeño Nairkel, de cuatro años, a manos de su padrastro, y el uso de bebés para la mendicidad en diferentes zonas de la ciudad, persiste una profunda preocupación por la violencia contra los menores en Medellín.
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“Nos daños cuenta que los niños siguen siendo víctimas de esa violencia intrafamiliar, conocemos indicadores de casi 75 % de que esos victimarios son realmente familiares de los niños y las niñas, entonces donde deberían estar más protegidos, hoy es donde la niñez está encontrando más violencia en su hogar”, señaló Camila Gaviria, concejal de Medellín.
Desde la administración, además del rechazo a este panorama, se resaltan los esfuerzos por la protección de la niñez y de atender con mayor rigor los entornos donde los niños y niñas deberían estar seguros. La formación para la prevención ha sido un pilar donde los esfuerzos se han doblegado.
“Y resalto la importancia que le está dando la administración distrital, duplicando sus esfuerzos en formación a las familias para evitar la violencia intrafamiliar, para evitar la explotación sexual y comercial de niñas, niños y adolescentes”, indicó Paulina Suárez, concejal de Medellín.
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Las cifras revelan una realidad inquietante: cerca del 70 % de las víctimas menores de edad sufren agresiones en su propio entorno familiar, ante este panorama, programas como Tejiendo Hogares y Buen Comienzo se consolidan como herramientas clave para fortalecer los vínculos entre adultos y niños, apostándole a hogares más protectores y amorosos.