Lisboa, 19 nov (EFE).- El aprobado logrado hoy por Portugal en el sexto examen de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) permitirá al país recibir un nuevo tramo de ayuda de 2.500 millones, pero no dejará a su Gobierno librarse de los reproches a su gestión.
La 'troika', compuesta por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI, reconoció el empeño del Ejecutivo luso en pro de la consolidación de las cuentas y alabó también los esfuerzos emprendidos en reformas estructurales en el mercado del trabajo o la justicia, entre otros sectores.
"El ajuste externo y presupuestario continúa progresando, los riesgos para la estabilidad financiera se redujeron (...) y las reformas estructurales continúan a buen ritmo", indicaron los tres organismos, cuyo visto bueno es indispensable para que Portugal reciba íntegramente los 78.000 millones del préstamo.
La evaluación fue también recibida con satisfacción por el ministro de Finanzas portugués, Vítor Gaspar, quien recordó que fue la más rápida desde que el país pidiese asistencia financiera, en mayo del 2011, al durar apenas una semana cuando normalmente la visita de los técnicos a Lisboa se prolonga durante unos 15 días.
No obstante, la troika avisó de que el aumento del desempleo (cercano al 16%), la reducción de los rendimientos y el sentimiento de inseguridad "están afectando" al país, al tiempo que urgió a facilitar el crédito a "condiciones razonables" a las pequeñas y medianas empresas exportadoras.
Tanto la UE y el FMI como el Ejecutivo luso coincidieron en la necesidad de reducir trámites burocráticos que agilicen las ventas internacionales y en la importancia de renegociar los contratos del Estado luso con empresas privadas que dan servicio público para bajar los costes, entre otras medidas.
Gaspar recordó que Portugal debe ahorrar 4.000 millones de euros más a partir de 2014, motivo por el que el Ejecutivo pretende acometer una reforma del Estado que revise sus funciones.
El ministro insistió en que el país debe "decidir qué modelo de Estado quiere y puede financiar de forma sostenible".
Esta reforma, de la que no se conocen todavía detalles, ya ha recibido duras críticas por parte de varios sectores de la sociedad portuguesa ante el temor de que implique la reducción de los servicios sociales.
Para el titular de Finanzas será necesario "espíritu de sacrificio y disciplina" para superar también la séptima evaluación, prevista para el próximo mes de febrero.
Las metas del déficit del 5 % a finales de 2012 y del 4,5 % en 2013 -ambas suavizadas por la troika el pasado septiembre- siguen vigentes después de esta evaluación, señaló Gaspar, quien estimó que el objetivo de este año se logrará sin más medidas adicionales.
Los Presupuestos lusos, pendientes de aprobación definitiva, recogen para el 2013 un aumento "enorme" de impuestos, en las palabras del propio ministro de Finanzas, lo que ha generado fuertes críticas a nivel político y social.
Sobre el crecimiento económico, la troika mantuvo sus estimaciones para 2012 y 2013, pero alteró las de 2014, cuando calcula una subida del PIB del 0,8%, cuatro décimas menos que en sus anteriores cálculos.
En alusión el aumento de la tensión social los últimos meses, especialmente en la huelga del pasado 14 de noviembre, y al distanciamiento del principal partido opositor, el Socialista (PS), la UE y el FMI recordaron que "un amplio consenso político y social continúa siendo un importante activo para el éxito del programa".
Precisamente el PS censuró el resultado de la sexta evaluación, pues consideró que el Gobierno conservador de Pedro Passos Coelho "perdió una nueva oportunidad de ajustar" el acuerdo entre Portugal y la troika a la realidad que vive el país y criticó el anunciado corte de gastos fijos estatales, tasado en 4.000 millones.
"Los portugueses saben que este es un corte en su bienestar. El Gobierno, infelizmente, se mantiene aislado. Ya no ha quien confíe es este camino. Mudar es urgente", declaró Eurico Brilhante Dias, miembro del Secretariado Nacional del PS, partido que fue suscriptor en mayo del 2011 del rescate financiero.
Los partidos más a la izquierda del hemiciclo, el comunista y el marxista Bloque de Izquierda (BI), reforzaron sus reproches al Gobierno y alertaron del camino de desigualdades al que se dirige Portugal.
"Con este camino apuntado por la troika, en vez de un aumento de la distribución de la riqueza tenderemos hacia una cada vez mayor diferencia entre ricos y pobres. En vez de asegurar las pensiones, tendremos cada vez menos pensiones y más desempleados", consideró el diputado comunista, Honorio Novo.
