Porque descansar también es un acto de amor propio, un derecho y porque a veces, lo mejor que uno puede hacer, es no hacer nada.
Y eso en Itagüí lo tienen más que claro, cada año le rinden homenaje a ese estado del alma donde la almohada es la corona y la cama el trono.
Así se vivió una nueva edición del Día Mundial de la Pereza, con música, risas, baile y camas rodantes por las calles y aunque el cielo amenazaba con descargar una lluvia de esas que espantan hasta al más flojo, ni eso detuvo a los más fieles devotos del ocio.
Con pijamas, cobijas y pantuflas, los perezosos salieron en romería a celebrar su día.
El famoso Desfile de Camas volvió a robarse todas las miradas. Colectivos culturales, hinchas de fútbol y vecinos de toda la vida, se la jugaron con creatividad para rodar por Itagüí con sus camas decoradas. Pero fueron los Cardenales los que se ganaron el primer lugar.
Porque sí, descansar es vivir, y darle un lugarcito a la pereza hace parte de las cosas más importantes de la vida.
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