Desde hace 100 años, nadie tenía permitido nadar en el río Sena, el principal afluente que atraviesa París, la capital francesa.
En 1923 se prohibió el ingreso a estas aguas para realizar actividades deportivas y recreativas, y solo se siguió usando como eje de navegabilidad.
Los primeros juegos realizados en esta ciudad fueron en el año 1900, y para esta época, el agua del río era apta para que humanos estuvieran en contacto con ella.
Pues buen, recientemente se tomó la decisión de reabrir el río a la gente con el fin de que este sea un escenario deportivo para los Juegos Olímpicos 2024.
Con el fin de recuperar este espacio, la administración de París comenzó con la ejecución de un plan de saneamiento y desinfección del río desde el 2018 y esperan que para los Olímpicos este pueda ser usado y quede como un espacio de encuentro y recreación para la ciudad y sus habitantes.