Inicialmente, este hombre fue llevado a urgencias al no tener sensibilidad en los dedos de sus pies y presentar síntomas graves de gripa.
Luego de eso, Michael Kohlhof, quien protagoniza esta historia, sufrió un shock séptico y tuvo que ser trasladado a una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), sin imaginar lo que vendría después.
Kohlhof, quien reside en Houston (Texas) y fue a cuidar a su madre a San Antonio, en el mismo Estado, tuvo que ser asistido por un ventilador, al tiempo que recibió diálisis, antibióticos y vasopresores, un potente fármaco, para lograr mantenerlo con vida, pues sus órganos estaban en riesgo de colapso.
Imagen de referencia: Los pies y manos de Kohlhof desarrollaron una gangrena producto de los vasopresores.
Pasadas casi dos semanas de intenso tratamiento, Kohlhof se recuperó y pudo salir de la sedación sin consecuencias graves. Sin embargo, su madre contó a medios internacionales que los pies y manos de su hijo desarrollaron una gangrena producto de los vasopresores.
Ante la situación, los médicos determinaron que la fuerte infección se había identificado con el tifus, producto de una picadura severa y traumática de una sola pulga, un caso raro en Estados Unidos.
Desafortunadamente, la gangrena de este hombre de 35 años no tenía tratamiento, pues según explicó el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, el tifus no tratado puede dañar múltiples órganos.
Fue así como los médicos se vieron en la obligación de amputarle a Kohlhof ambas manos hasta los antebrazos y la mitad de los pies.
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