La tradición no de pierde, los devotos del Señor Caído de Girardota avanzan a paso firme sin importar el clima y el cansancio. Las peticiones y las promesas son el aliciente para estos feligreses que caminan durante horas para poder llegar a adorar a su patrono.
Durante varios minutos acompañamos a algunos caminantes, que nos contaron como se prepararon para esta larga jornada.
Son casi tres horas de camino en silencio y solo en sus pensamientos están las necesidades y súplicas que llevan al señor caído de Girardota. Un bastón, una botella con agua y mucha fe son los acompañantes de los caminantes en esta travesía.
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la vía que conduce al municipio de Girardota se convierte en ríos de personas que no dejan perder la tradición y son fieles con su devoción al Señor Caído y de rodillas ingresar al altar para dejarle sus preocupaciones.