Aeronaves, embarcaciones y hasta un robot fueron los recursos que utilizaron los gobiernos de Estados Unidos y Canadá, para encontrar a la tripulación a bordo del sumergible que desapareció en el mar y de quienes se confirmó su muerte.
El sumergible transportaba a un grupo de turistas que buscaba explorar los restos del Titanic, el trasatlántico que se hundió en el mar en 1912.
Pues bien, la expedición liderada por la empresa OceanGate Expeditions, que tiene un precio aproximado de 250.000 dólares, ofrecía viajes de ocho días y siete noches para visitar el lugar donde se sumergió el legendario barco.
Sin embargo, el lunes, 19 de junio, se perdió comunicación con el sumergible y sus ocupantes.
Estos eran los pasajeros que viajaban en el submarino en busca del Titanic
A esta expedición se sumaron el empresario paquistaní Shahzada Dawood y su hijo Suleman. Dawood era considerado uno de los hombres más ricos de Pakistán y hacía parte de la junta directiva de Prince’s Trust, una fundación benéfica creada por el ahora rey Calos III.
Otro de los tripulantes era Hamish Harding, de 58 años, un billonario británico que tenía entre sus expediciones haber viajado en el cohete Blue Origin de Jeff Bezos, ir al polo sur en dos ocasiones y sumergirse en el lugar más profundo de la Tierra, el abismo del Challenger.
Asimismo, entre los tripulantes estaban el explorador francés Paul-Henry Nargeolet de 73 años y exintegrante de la marina, así como el CEO de OceanGate, el millonario Stockton Rush, encargado de las finanzas y la ingeniería al rededor de esta empresa.