El papa Francisco encontró en el fútbol la mejor manera de llevar su mensaje a los jóvenes y así lo demostró en Colombia.
Pero no se trata sólo de un método retórico. El vicario de cristo es un fanático futbolero. Ha recibido en audiencia a varios clubes como Juventus, Milán y la Roma y a jugadores como Buffon y Messi.
Desde que se conoce, su santidad es hincha fanático del club argentino San Lorenzo, como no podría ser de otra manera.
Puede ser una simple casualidad o una recompensa divina, pero desde que Bergoglio fue elegido sumo pontífice, el Ciclón volvió a ganar el torneo argentino luego de seis años y consiguió por primera vez en su historia la Copa Libertadores de América, en 2014. Los jugadores del ciclón fueron hasta la Santa Sede a agradecer su intermediación celestial.
Hoy, el socio número 88235N-0 de San Lorenzo sigue pagando su mensualidad sin falta, como todo buen cristiano y aunque no ve los partidos por falta de tiempo, siempre tiene a alguien que le informa el marcador del ciclón cada fin de semana y la tabla de posiciones. Con seguridad será una grata sorpresa para él ver un escudo de su amado San Lorenzo en el papamóvil que lo espera en Medellín y, por qué no, pronunciará apenas lo vea otra de sus frases célebres
