"Mi padre me inyectó VIH cuando yo era un bebé", contó Brryan Jackson, un hombre, a quien su padre le inoculó una jeringuilla infectada.
Lea también: (Video) Desplome de un muro deja un hombre muerto en Medellín
Según las autoridades, Bryan Stewart, padre Brryan Jackson, quería que su hijo muriera para no volverlo a ver y no tener que responder por su manutención.
"Cuando Jackson tenía 11 meses de edad, su madre lo llevó al hospital por un ataque de asma y, para sorpresa de todos, su padre, le hizo una visita: le dijo a la madre que se fuera a la cafetería y se cogiese algo de beber, la convenció diciéndole que él se quedaba a cuidar del bebé. Una vez solos, Stewart aprovechó para inyectarle en el brazo una jeringuilla llena de sangre infectada con VIH. Todo con el objetivo de no tener que pagar a su exmujer la manutención de su hijo", afirmaron las autoridades.
Desde ese día, Brryan comenzó a sentir un cansancio extraño, fiebre alta y reiterados dolores de cabeza.
Durante cuatro años, el menor y su madre fueron a todo tipo de médicos para ver qué era lo que ocurría.
Luego de tanto deambular, una noche en la que tuvo que ser hospitalizado por un decaimiento preocupante, le confirmaron la noticia: “Me dieron cinco meses de vida y me mandaron a casa”, recordó Brryan.
Finalmente, los investigadores lograron comprobar que el hombre había robado la sangre de su trabajo y se la había inyectado al menor.
El padre fue capturado y el juez fue ejemplar: cadena perpetua para Bryan Stewart.
Brryan Jackson ahora es un hombre de 31 años de edad en un activista y se dedica a contar su historia de superación por el mundo. Aunque no mantiene relación con su padre, asegura haberle perdonado.
Un padre le inyectó VIH a su hijo para no responder por él
Ver esta publicación en Instagram