Cuando un familiar o amigo está de cumpleaños tratamos de hacer todo lo humanamente posible para que su celebración sea memorable, desde una torta, una cena especial o una fiesta sorpresa; cualquier detalle sin importar su valor suma para este festín.
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Pero ¿qué le regalaría a un amigo que está cumpliendo 90 años y que ha marcado la historia del arte en Colombia y el mundo?
Ese amigo en común es Fernando Botero, nacido en Medellín el 19 de abril de 1932, un hijo de esta tierra que se encargó de poner en el mapa de la plástica el nombre de Colombia y de esta ciudad que en medio de sus montañas contiene una gran fuerza de creación y resiliencia que hasta el mismo maestro ha plasmado en sus obras.
Botero en obras
Influenciado por los murales de Pedro Nel Gómez, los movimientos literarios y la realidad del país, Botero en su línea ancha de expresión nos regala con gran volumen un mundo con sus detalles, colores y formas gruesas plasmadas en el pincel y el bronce.
Y si de volumen y grandeza recordamos a Botero, hay un gesto que lo vuelve aún más grande: sus donaciones que se encuentran exhibidas en el centro histórico de Bogotá, el Museo Botero del Banco de la República contiene 123 obras que se realizaron entre el 1980 y 1990.
En Medellín, transformó el urbanismo de una plaza clave para el desarrollo de la ciudad, un punto de convergencia en donde 23 obras se mezclan entre propios y visitantes.
Además el Museo de Antioquia exhibe entre sus pasillos más obras que van desde esculturas, pinturas y dibujos que engalanan y sacan más brillo de un artista prodigio.
Hoy a sus 90 años, solo queda darle las gracias al maestro, al hijo, padre y abuelo, al personaje que con sus gordas creó un estilo propio y único en el arte universal, un artista que sigue cosechando frutos con sus esculturas que puede llegar a costar hasta 4,3 millones de dólares como lo fue su obra 'Hombre a caballo' vendida el mes pasado o su cuadro 'Mujer con guitarra' que alcanzó el millón de dólares en París en el 2021.
Una leyenda viva que merece toda nuestra gratitud y admiración, una historia que sí merece ser contada en diferentes formatos como novelas o series en plataformas digitales, un referente para inspirar a las nuevas generaciones en todos los rincones del país y entender que el arte transforma, el lenguaje cambia y las obras de Botero serán inmortales.