El olor corporal no es solo una cuestión de higiene, sino que tiene que ver también con las hormonas, bacterias y factores ambientales a los que nos exponemos a lo largo de la vida. Debido a eso, no es raro que el “olor a viejo” sea real.
Un grupo de investigadores realizó un estudio donde analizaron a 44 hombres y mujeres ubicados en tres categorías de edades diferentes: 20 a 30, 45 a 55 y 75 a 90. Luego, se les pidió a los participantes que durmieran con una camisa que tenía almohadillas en las axilas que absorbían el aroma durante cinco días consecutivos.
Vea también: ¿Los hombres calvos son más inteligentes y exitosos? Esto dicen los estudios
Luego de los cinco días, pusieron las almohadillas dentro de frascos y pidieron a las personas que los olieran y adivinaran la edad y el sexo de la persona a la que correspondía ese aroma.
Fue complejo diferenciar el olor entre personas jóvenes y de mediana edad, ya que olían similar. Por otro lado, resultó mucho más fácil identificar las muestras del grupo de mayor edad del estudio.
Según explicaron, los cambios en el olor corporal probablemente no tengan nada que ver con higiene personal, sino que se trata de un tema hormonal, de olor y bacterias que interactúan en la piel.
Otras noticias: 56% de los solteros en Colombia son los más felices y los que menos gastan dinero
"Los olores corporales del grupo de edad avanzada se calificaron como menos intensos y desagradables que los procedentes de donantes jóvenes y de mediana edad", mencionan los profesionales en el estudio.
Por mucho que nos esforcemos y seamos conscientes de esta situación, es posible que no nos demos cuenta del momento en el que empezamos a “oler a viejos” y debemos entender que es un proceso normal y hace parte del ciclo de la vida, aunque seamos personas aseadas.