Washington, 5 feb (EFE).- El presidente de EE.UU., Barack Obama, celebra hoy sendas reuniones en la Casa Blanca con líderes de los sindicatos, empresas y grupos progresistas, para explicarles la urgencia de una reforma migratoria integral y pedirles su ayuda para que el Congreso la apruebe este año.
Una fuente de la Administración Obama, que pidió el anonimato, indicó el lunes que el objetivo de las reuniones es "seguir poniendo de relieve la importancia de una reforma migratoria integral", y cómo ésta encaja en la agenda de Obama "para el crecimiento económico y la competitividad".
En la primera reunión, prevista durante la mañana, Obama recibirá a líderes sindicalistas, entre ellos el presidente de la federación sindical AFL-CIO, Richard Trumka, y Eliseo Medina, secretario y tesorero del Sindicato Internacional de Trabajadores de Servicios (SEIU, en inglés).
Por la tarde, Obama prevé reunirse con ejecutivos de algunas de las principales empresas del país.
La serie de reuniones de Obama se enmarca en la estrategia de su segundo mandato de sostener un diálogo directo tanto con los principales actores políticos como con la opinión pública para presionar al Congreso a que apruebe sus prioridades legislativas.
Obama buscará destacar hoy los beneficios económicos de un plan que saque de la sombra a los 11 millones de inmigrantes indocumentados en EE.UU.
Según un análisis del Centro de Política Migratoria, la reforma migratoria generaría, tan solo en los primeros tres años de su aplicación, un aumento neto de ingresos para el Fisco de entre 4.500 y 5.400 millones de dólares.
Se prevé que Obama continúe presionando por la reforma migratoria durante su discurso sobre el "Estado de la Unión" ante una sesión conjunta del Congreso el próximo 12 de febrero.
Ya antes de las reuniones en la Casa Blanca, la AFL-CIO había indicado que esta semana divulgará los detalles de su propia campaña de movilización nacional a favor de la reforma migratoria.
En el Congreso, la reforma migratoria también adquiere mayor perfil después de que un grupo bipartidista del Senado -cuatro demócratas y cuatro republicanos- presentase el pasado 28 de enero un ambicioso plan reformista.
El senador demócrata por Nueva York, Chuck Schumer, que forma parte del grupo negociador, ha dicho que, tras las elecciones de 2012, está claro que el panorama político ha cambiado y se decanta más por la reforma.
"Por primera vez, hay más riesgo político en oponerse a una reforma migratoria que en apoyarla", ha dicho Schumer.
En ese mismo sentido se ha manifestado el senador republicano de Arizona y excandidato presidencial en 2008, John McCain, al instar a su bancada a que apoye la reforma porque los republicanos están perdiendo "drásticamente" el voto hispano.
La Cámara de Representantes, bajo control republicano, también prevé presentar su propio plan migratorio, aunque no ha precisado fecha.
De hecho, el líder de la mayoría republicana de la Cámara Baja, Eric Cantor, ofrecerá hoy un discurso ante el conservador American Enterprise Institute, en el que se prevé abordará las prioridades de la sesión legislativa en curso, incluyendo la inmigración.
Las dos reuniones en la Casa Blanca se efectuarán en paralelo a la primera audiencia sobre inmigración de la 113 sesión legislativa del Congreso.
La audiencia del Comité Judicial de la Cámara de Representantes contará con la participación del alcalde mexicoamericano de San Antonio (Texas), Julián Castro, líderes académicos y activistas en ambos lados del debate migratorio.
Mientras, la secretaria de Seguridad Nacional de EE.UU., Janet Napolitano, concluirá hoy su gira de dos días por California y Texas para destacar los logros del Gobierno de Obama a la hora de resguardar la seguridad fronteriza, uno de los componentes de una eventual reforma migratoria.
Mañana, Napolitano y la directora del Consejo de Política Interna de la Casa Blanca, Cecilia Muñoz, se reunirán con oficiales de las fuerzas de seguridad de todo EE.UU. para dialogar precisamente sobre las mejoras en la seguridad fronteriza donde, según ha destacado Obama, los cruces ilegales han disminuido en un 80 % respecto al año 2000.