En un rincón de la vereda La Palma del corregimiento de Santa Elena vive Ángelo. Un adolescente de 14 años que nació con microtia u orejas pequeñas sin pabellones. Desde entonces usa una diadema con vibrador óseo para escuchar. El aparato ya cumplió su vida útil y la familia de Ángelo pide ayuda para poder cambiarlo.
En medio de la naturaleza y acompañado de su mamá, Ángelo acepta que fue víctima de bullying por la forma de sus orejas y que hace algunos años no escucha bien lo que le dificulta su desempeño escolar. La vieja diadema no sirve y aunque la usa, solo escucha miles de ruidos y voces.
Escribe poesía y comparte la pasión y oficio de su familia por la repostería. Hoy claman por la solidaridad ciudadana para poder adquirir un nuevo dispositivo que le permita recuperar el sentido de la audición.
Lea también: Shakira sale de la "Monotonía" con su nueva canción
El nuevo aparato no se consigue en Colombia, el Sisbén no lo cubre, por eso, Ángelo y su progenitora piden ayuda ciudadana y que este futuro repostero, recobre la alegría de vivir.