Este es el relato de Carolina Vega, una joven mamá que ha tenido que enfrentar la difícil condición médica de su niña, que la lleva a vivir cada día como si fuera el último.
“Sofi es paciente epiléptica, tiene parálisis en el lado izquierdo del cuerpo, fonoaudiológicamente tiene muchas dificultades para expresarse”, explicó Carolina.
Sofía tiene 12 años, es hija de Carolina Vega y desde que nació, desafiando todo pronóstico y contrariando las imposibilidades de la vida, con apenas la mitad de su cerebro desarrollado, se convirtió en la motivación para su mamá y el motor para vivir todos los días.
“Uno como mamá de estas personas y estos seres tan mágicos lo sabe. Uno es consciente de qué puede pasar en cualquier momento, pero uno quisiera hacer eso a un lado y simplemente cerrar los ojos y mirar lo maravilloso que es”, agregó.
Y como les pasa a muchas madres, el nacimiento de Sofía cambió la vida de su mamá para siempre. Carolina modificó sus sueños por los de su hija.
“Yo dejé de trabajar. El neurólogo me decía que Sofi es una niña que hay que cuidar siempre y estar acompañando. Dejarla con alguien más me daba vacío y yo quería vivirme toda esa experiencia”, indicó.
En el Día de las Madres, sus hijos reconocieron su quijotesca labor.
“Es de las mejores mamás del mundo, me ha enseñado demasiado y es lo más valioso que hay en mi vida”, afirmó Emmanuel Roldán, hijo de Carolina.
La sangre y el corazón de una mamá son los de sus hijos. Carolina tiene en ellos las propias fibras de su alma, sintiendo el dolor y la alegría.
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