El sacerdote Óscar Ortiz murió en Bogotá luego de someterse a una cirugía por una enfermedad que llevaba padeciendo los últimos años. El padre de El Limonar, como era conocido, cumplía una condena de 19 años de cárcel luego de ser capturado en 2014 y condenado por ser uno de los líderes de la estructura paramilitar “Los Desmovilizados de El Limonar”.
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A pesar de sus nexos paramilitares, muchos lo veían como un héroe y en esta zona del corregimiento de San Antonio de Prado, sus seguidores lo recuerdan como un mediador del conflicto.
Sin embargo, las autoridades establecieron que el padre Ortiz, aprovechó su rol religioso para liderar la estructura paramilitar, señalando a los presuntos guerrilleros que después serían asesinados.
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Según la sentencia, el párroco lideró la estructura desde el 2003 hasta el 2010, y es responsable de coordinar múltiples homicidios, extorsiones y hasta casos de desplazamiento forzado en este corregimiento de Medellín.
