...Y esa cifra de 35.874 supera ampliamente el registro de mujeres candidatas de hace cuatro años. En 2007 el porcentaje de mujeres inscritas fue de 19,64%, ya que participaron 16.972 mujeres entre un total de 86.451 candidatos.
El tema de la mujer ha estado en primer lugar o de moda en estos últimos días en Colombia y la política no ha estado sustraída a este género.
Según la contabilidad que lleva la Registraduría Nacional del Estado Civil, para las elecciones territoriales de octubre en toda Colombia se inscribieron 35.874 mujeres, que equivalen al 35,21% del total de candidatos inscritos que fue de 101.866 aspirantes, la mayor cantidad de candidatos en la historia electoral del país.
Y esa cifra de 35.874 supera ampliamente el registro de mujeres candidatas de hace cuatro años. En 2007 el porcentaje de mujeres inscritas fue de 19,64%, ya que participaron 16.972 mujeres entre un total de 86.451 candidatos.
Pero a qué se debió el significativo aumento de la participación de la mujer en las inscripciones de aspirantes a los comicios que deberán renovar las gobernaciones y alcaldías, y conformar las asambleas departamentales, los concejos municipales y las Juntas Administradoras Locales, JAL.
La explicación para ese crecimiento no es otra que la entrada en vigencia de la disposición constitucional que ordenó que las listas de partidos a las corporaciones públicas deben incluir una cuota del 30% de mujeres. Esto disparó el registro de este género en la actual campaña electoral.
A primera vista esta obligatoriedad puede ser calificada como positiva, en la perspectiva colombiana de promover la participación de la mujer en la vida política de la nación, así como también se está fomentando la de los jóvenes.
Pero al mismo tiempo originó un buen debate en torno a si existen suficientes mujeres con un trabajo serio político-electoral, que les permita competir en las urnas de igual a igual con los hombres, que históricamente han dominado el panorama electoral colombiano. Y la conclusión inicial es que no.
Los partidos políticos en el caso de Antioquia vivieron toda una odisea y encarte para cumplir la cuota en las listas de un 30% de mujeres. Eso les ocurrió a los Partidos Liberal, La U y Cambio Radical en el medio antioqueño. Y hubo reportes en tal sentido en otras regiones colombianas.
Pero el caso más representativo del dolor de cabeza que soportaron las formaciones partidistas para ajustarse a la citada disposición, le tocó al Partido Conservador en Antioquia.
Sus directorios Departamental y de Medellín abrieron convocatorias, con suficiente antelación, para que se inscribieran mujeres a tener en cuenta en las planchas electorales.
Pero esa convocatoria no tuvo los resultados esperados y los conservadores en una maniobra de viveza o de oportunismo inscribieron las listas a la Asamblea de Antioquia y al Concejo de Medellín antes de la revisión de la Corte Constitucional de la Ley Estatutaria de Reforma Política que contenía la medida y sin cumplir con el porcentaje femenino de mujeres.
Una vez se conoció el control constitucional y se confirmó la legalidad de la ley de cuotas de género, se obligó a los conservadores paisas a reajustar sus listas con el 30% de la cuota de mujeres.
Y por ello tienen hoy un gran lío, ya que en el caso de la plancha al Concejo de Medellín el Directorio local azul ordenó suprimir tres hombres: Gabriel Jaime Urrego, Luis Fernando Begué y Rodrigo Grajales, mejores electores que cualquier otra mujer conservadora y quienes ya firmaron los formularios electorales de inscripción.
Pero el asunto es bien complicado porque los tres se pueden negar a que los descabecen, ya que las razones legales para que se retiren de la lista es que ellos renuncien por su propia voluntad o no acepten la candidatura. Y si se ranchan qué pasaría.
Mejor dicho, hoy las listas azules a esas dos corporaciones, que son las favoritas para obtenerle mayor número de curules, no han cumplido la ley de cuotas y podrían quedar por fuera del partido electoral que se jugará en octubre.
Por eso el título de esta nota, toda vez que hay formada una controversia entre si la ley de cuotas en el campo electoral es un relleno o de verdad es un avance hacia la igualdad entre los géneros en las luchas democráticas por lo público.
Habrá que esperar los resultados de los comicios para establecer cuántas mujeres de las 35.874 logran salir electas y esto indique si la ley de cuotas, en lo electoral, fue positiva o por el contrario le da la razón a los que piensan que esa disposición se debe revisar por falta de mujeres con trabajo político y con votos.
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