Pintura, mampostería y estuco son labores que, durante años, han sido asociadas al trabajo de los hombres, sin embargo, este estereotipo ha venido cambiando en la ciudad.
A través de la Fundación Para Construir y el SENA, distintas mujeres vienen aprendiendo este oficio, con el ánimo de mejorar su economía y brindar nuevos espacios para el acceso al mercado laboral.
“Para que podamos vincularlas al sector de la construcción, donde han sido muy masculinizados estos trabajos. Esto lo estamos haciendo inicialmente en la comuna 3, Manrique, en nuestros círculos de cuidado”, indicó Valeria Molina, secretaria de las Mujeres.
En medio de palustres, palas y cemento, el proceso no solo permite refinar la técnica, también incorpora el fortalecimiento de las habilidades del ser y espacios de sensibilización, con el fin de reforzar el liderazgo y la proyección personal. Este es el caso de Darilyn, a quien este curso le permite trabajar en la construcción de su propia casa.
“En estos momentos, ya que tengo un lote y un terreno que estoy empezando a construir, mi marido lo está haciendo. Y yo dije: voy a embellecer la casa, entonces tú sabes de albañilería y yo me meto a estuco y pintura”, contó Darilyn Bracho, participante del curso.
Cada brochazo de este proceso no es solo para embellecer paredes, sino también para transformar la realidad de cada una de estas personas.