Sujetando a una biblia y una camándula, los ingenieros de Hidroituango se aferraban a un milagro, cuando en el 2018 ocurrió lo inesperado.
Por condiciones geológicas, el túnel de desviación del río Cauca se taponó lo que originó el represamiento del este, representando un inminente riesgo para las comunidades aguas abajo del proyecto. Fueron largos días de incertidumbre, EPM dispuso de toda su operatividad para controlar la emergencia, sin embargo, más allá de los que indicará la ingeniería, muchos se aferraban a la fe.
Así lo contó el vicepresidente de Proyectos de Generación de Energía de EPM, William Giraldo, quien recordó los difíciles momentos vivieron. “Allá cambiamos el algebra y el computador por la biblia y la camándula porque llegaban momentos muy difíciles y si uno se pone a mirar hacia atrás hay momentos que no quisiera ni recordarlos, porque no sabíamos ni para donde salir, pero la tenacidad, la constancia, el soñarnos con que había futuro, que éramos capaces de salir, yo recuerdo cuando entramos a las cavernas y las vimos en pie y dijimos, todavía hay futuro”.
Sacar adelante el proyecto era la petición diaria en las oraciones y plegarias, cientos de personas trabajaban día y noche por superar la emergencia, mientras tanto sus familiares vivían la incertidumbre de lo que podría ocurrir.
“Yo vivía con el teléfono lleno de mensajes de esposas y madres que le decían a uno que porque no lo dejan salir”, agregó Giraldo.
Seis años después y superada la contingencia, el vicepresidente afirmó que si hoy no existiera Hidroituango el país estaría en un apagón.
“Aprovecho para agradecerle a tanta gente que ha estado metida en el proyecto, a las oraciones de muchos, si no fuera porque Dios está con nosotros no seríamos, los milagros en Hidroituango han sido muchos y uno como ingeniero decir esto ya es bastante”, puntualizó.
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