La finca de don Albeiro Valencia tiene en el portón el nombre de “Mirador de Chapecoense”. No solo porque se logra apreciar desde su jardín el Cerro donde ocurrió la tragedia, sino porque el propietario ha incrustado en la misma algunas partes del accidentado avión de La Mia y otros recuerdos que recolectó en el sitio del accidente.
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Cada vez que habla de aquella noche del 28 de noviembre de 2016, don Albeiro se transporta a todo lo que tuvo que vivir tanto en las jornadas de búsqueda y rescate orientando a los rescatistas como en la labor de remoción de las partes del avión, algunas de ellas que son ya de su propiedad.
La réplica del vuelo 2933 de LaMia es uno de los objetos que sobresale en la propiedad por el valor sentimental que tiene para don Albeiro.
Este sencillo jardinero a quien el avión accidentado en la vereda donde vive le cambió la vida, quiere dejar un legado, incluso después de su muerte, para que nunca se olvide aquella fatídica noche que convirtió a Cerro Gordo en Cerro Chapecoense y a su casa en el mirador donde se guardan objetos únicos de la catástrofe aérea.
