El Cairo, 8 feb (EFE).- Miles de personas volvieron hoy a salir a las calles en El Cairo y otras provincias de Egipto para exigir la caída del presidente egipcio, Mohamed Mursi, y que se haga justicia tras la muerte de manifestantes en los últimos disturbios.
Al grito de "Que se vaya" los opositores fueron llegando en marchas a lo largo de la jornada a la emblemática plaza de Tahrir, donde permanecen acampadas decenas de personas en señal de rechazo contra los Hermanos Musulmanes.
La afluencia de manifestantes en la plaza fue menor que en otras ocasiones, entre otros motivos porque esta semana ya hubo otras marchas como una convocada contra el acoso a las mujeres, por lo que "muchos están cansados", según aseguró a Efe la egipcia Mona Awad.
Awad añadió que pasa el tiempo en la plaza ayudando a los numerosos niños sin hogar que se concentran allí, entre quienes ella y su grupo de amigos reparten ropa y alimentos básicos.
"Hay mucha gente pobre en la plaza", sostiene la mujer, que niega haberse sentido insegura en Tahrir desde que hace dos años estalló la revolución y pese al aumento de los casos de acoso sexual.
Una serie de grupos opositores convocó también protestas en otros puntos de la capital como en las inmediaciones del Palacio Presidencial, cuyas medidas de seguridad fueron reforzadas ante el temor a posibles incidentes.
En ese lugar se sucedieron el pasado fin de semana choques entre jóvenes y las fuerzas del orden egipcias en los que murieron al menos dos personas y cientos resultaron heridas, dentro de una ola de violencia que días antes se había cobrado la vida de más de cincuenta personas.
El ambiente era de tranquilidad hoy en Tahrir, donde los accesos permanecen cortados con sacos de arena y alambradas.
Los organizadores de la protesta colocaron una gran pancarta en el escenario principal en la que podía leerse "El pueblo de Egipto y Túnez", en solidaridad con los tunecinos tras el asesinato el miércoles pasado del político opositor Chukri Bel Aid en ese país.
"Necesitamos castigar a los culpables de la muerte de jóvenes revolucionarios", dijo a Efe el carpintero Emad Asoni, convencido de que los Hermanos Musulmanes son "incapaces" de gestionar la crisis económica en Egipto, por lo que Mursi debería abandonar el poder para dejarlo en manos de alguien "que sepa gobernar".
Para Ahmed Abdelaziz, dirigente local del partido de los Egipcios Libres, falta esperar todavía a "ver lo que ocurrirá con la revolución", ya que -a su juicio- siguen pendientes las demandas de libertad y una vida mejor en el país.
"Creo que el diálogo político beneficiará a cualquiera de las partes", en alusión al Gobierno y a la oposición, aseveró Abdelaziz.
La oposición aglutinada en el Frente de Salvación Nacional, la principal alianza no islamista, se resiste a iniciar un diálogo con las autoridades si estas no acceden a sus reivindicaciones, entre ellas la reforma de la polémica Constitución aprobada en diciembre pasado.
Los opositores también solicitan que el Ejecutivo asuma su responsabilidad por los últimos choques y que respete los derechos humanos a raíz de las denuncias por torturas a manifestantes.