El presidente francés, Nicolas Sarkozy, participa hoy en una minicumbre a tres bandas en Estrasburgo con la canciller alemana, Angela Merkel, y con el primer ministro italiano, Mario Monti, en un nuevo intento de buscar un compromiso sobre la crisis de las deudas soberanas.
En la reunión, que consistirá en un almuerzo de trabajo seguido de una conferencia de prensa, tratarán sobre las distintas posiciones de los tres socios para restablecer la confianza en la zona del euro y, en particular, sobre el papel que podría tener el Banco Central Europeo.
La postura francesa fue planteada de nuevo hoy por el ministro de Asuntos Exteriores, Alain Juppé, quien consideró que "el BCE debería tener un papel esencial para restablecer la confianza", a su juicio el principal problema que ahora afecta a la zona euro.
Juppé señaló que "Francia no está contra la revisión de tratados, pero la revisión de tratados tarda mucho tiempo".
Merkel ha insistido estos últimos días en su oposición a convertir el BCE, mediante compras masivas de deuda de los países bajo presión, en el eje del mecanismo de salvamento, ante la constatación de que el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera no consigue funcionar todavía con los atributos y los fondos necesarios.
Monti, cuyo país aparece ahora como la principal amenaza por la dimensión de su deuda y la escalada de su prima de riesgo, participa en la minicumbre de Estrasburgo después de haberse reunido el martes en Bruselas con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.
La situación en los mercados se ha agravado en los últimos días, con los problemas ayer de la propia Alemania para colocar una emisión de deuda, que tuvo que ser absorbida en un 39% por su banco central, el Bundesbank.
Para Francia, el problema más acuciante no es tanto su prima de riesgo, dado que los tipos de interés que paga siguen siendo asumibles, pero sí los avisos que le han dado dos agencias de calificación, de que se plantean rebajar su nota, que por ahora es la máxima posible.
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