La formación de una mente política en los colombianos debe ser una prioridad en este país, si es que de veras el Estado quiere fortalecer las instituciones y dejar sin fundamentos los grandes males sociales.
Analistas políticos, columnistas, encuestadores, entre otros, llaman la atención sobre cómo históricamente en Colombia hemos visto la política electoral más como una feria de intereses particulares que como un mecanismo de crecer como sociedad, como país, como Estado.
Se advierte que la mayor parte de la gente vota porque le dan o le prometen algo, y escasamente echa una mirada sobre lo que ha recibido. Es que, cultural e históricamente, sólo nos ha importado lo que individualmente nos beneficia, lo colectivo no lo vemos y hasta llegamos a creer que no existe. Carecemos de mente histórica a la hora de votar.
Y por eso los cambios que la realidad demanda tardan más de lo que la necesidad espera, y mucho más de lo que los sueños aguantan. La relación política-electores no puede seguir siendo la misma de comerciante-clientes. Es preciso formar una mente política en la gente para desmontar lo que por memoria y por historia ha sido el negocio de la política.
Luis Alirio Calle M.
@luisaliriocalle
