Una condición general para que sea posible el desarrollo y la prosperidad es que haya paz en un territorio, pues en un contexto donde la criminalidad es alta es más difícil emprender o abrir un negocio. Economistas analizan la historia y el avance de Medellín en este tema.
Entre la década de los 80 y 90 el contexto de inseguridad por el que atravesaba la ciudad no le permitía avanzar en materia económica, pues eran pocas las empresas que se atrevían a invertir en una de las ciudades más inseguras del mundo. Sin embargo, casi 30 años después, el progreso social que ha tenido Medellín ha cambiado su panorama económico.
Y es que precisamente el reto que aún tiene la ciudad es acabar con la extorsión y el homicidio, lo cual hace difícil que en las laderas los ciudadanos puedan acceder a este mercado laboral.
Sin embargo, otros sectores de la economía como los servicios financieros han avanzado con el progreso de la ciudad.
Así mismo, el turismo también ha dinamizado la economía de Medellín, cada vez son más los extranjeros que quieren conocer sectores como la comuna 13. Este tipo de turismo barrial deja una derrama económica cercana a los 3.300 millones de pesos.