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En el marco del Día Internacional en Contra del Trabajo Infantil hacemos un análisis de cómo está este tema en Medellín y qué tipo de estrategias se desarrollan para combatirlo.
Este niño, a quien llamaremos Edwin, tiene tan sólo 13 años y vende juguetes de burbujas en el Centro de la ciudad para sostener a su familia. Asegura que tiene 2 hermanos pequeños para alimentar, ya que su madre no puede trabajar por temas de salud.
Una situación similar afronta el 2.2% de la población infantil de Medellín que se ve obligada a salir a las calles a trabajar; es decir, 12.113 niños y adolescentes menores de 17 años están en situación de trabajo infantil, según cifras de la Secretaría de Inclusión Social de Medellín.
Según la ONU, el trabajo infantil, por sí solo, no representa una amenaza grave para los menores de edad, pero son las condiciones y circunstancias asociadas al mismo, entre ellas la explotación laboral, las que realmente violentan la integridad y dignidad de los niños.
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Aunque lo ideal es que estos permisos sean para trabajos relacionados con deporte, cultura y recreación, en casos como el de Edwin no se cumple, porque trabaja para ayudar económicamente a su familia. Sin embargo, él como y todos los niños siempre desearán educarse, jugar y divertirse.
