Choupette es quizás la mascota más adinerada en la actualidad. Esta gata blanca y de ojos azules, se robó el corazón de uno de los hombres más poderosos y adinerados del mundo, quien al morir le dejó toda su fortuna.
Choupette Lagerfeld es la gata del difunto diseñador de modas Karl Lagerfeld, quien revolucionó la industria siendo el director por muchos años de la importante casa de modas Chanel.
Allí acuñó su importante carrera y amasó gran parte de su fortuna, fortuna que antes de morir se la dejó a su felina.
¿Choupette inicialmente no era su mascota? ¿Cómo se cruzaron?
Resulta que esta hermosa gata blanca era la gata de su exnovio, quien le pidió que la cuidara durante unas vacaciones. Al finalizar su descanso estos terminaron profundamente enamorados y Lagerfeld le dijo a su expareja que no la regresaría, que le permitiera quedarse con ella.
Fue así como la gata birmana pasó los siguientes ocho años en la vida del importante referente de la moda, acompañándolo por todo el mundo a sus viajes, desfiles y negocios.
La mascota más adinerada del mundo en su jet privado
¿Cuánto dinero tiene la millonaria gata?
La cifra que heredó la mascota no es precisa, pero se estima que su herencia para el 2019, fecha en la que murió su amo, fue entre los 200 a 300 millones de dólares.
Sin embargo, Choupette no se ha dedicado a derrochar su herencia, pues esta se ha convertido en una figura viral en las redes sociales. Con una cuenta de Instagram de más de 200 mil seguidores, la hermosa gata es imagen de algunas campañas publicitarias y continúa representando la imagen de Lagerfeld, tan solo en 2014, la gata facturó 3 millones de dólares.
Hoy la felina vive en París, bajo el cuidado de la antigua ama de llaves de Lagerfeld, quien propicia que esta siga participando de campañas publicitarias, eventos de la élite y lleva una vida como miembro de la realeza.
La millonaria mascota se transporta en jet privado, come caviar en platos de diseño, tiene dos niñeras a su disposición (ambas veterinarias).
El apartamento en que vive en París, era la joya de la corona del diseñador, incluso por encima de su mansión en la costa del Principado de Mónaco, Nueva York y Alemania.
