Lo que era un breve y cotidiano viaje en el cable elevado para Marlene se convirtió en el susto de su vida. Su fe en Dios fue lo que la llenó de fuerza para no entrar en un colapso nervioso cuando quedó suspendida por más de dos horas en la cabina del cable. Ella también fue un apoyo para su compañera.
Para ella, ese era el último momento de la vida, pero todo cambió cuando llegaron los rescatistas, en ese momento su alma volvió al cuerpo como ella asegura.
El susto ya pasó. ahora Marlene regresó a su casa en compañía de la familia y espera que esto no vuelva a suceder, ahora deberá pensar en cómo llegar al sector Teresita donde vive con su esposo.