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Llegamos con nuestra Cámara Ambulante hasta la vereda Tablazo del municipio de Barbosa en el norte del Valle de Aburrá, donde encontramos a una mujer en condición de discapacidad y que ajusta 25 años al cuidado de perros y gatos abandonados.
Hoy tiene más de 85 animalitos y vive un drama porque le notificaron que será desalojada por solicitud de la dueña de la finca. Esta es la historia de Margarita.
Margarita confiesa que hace un cuarto de siglo renunció a su vida laboral y familiar para dedicarse a recoger perros abandonados y desde entonces es la protectora de animales de todas las razas, tamaños y edades.
Aunque carece de recursos, en los últimos 300 meses nunca ha dejado de darle cuido y alimento a sus perros, diariamente necesita de 30 kilos de comida para los animales. Los cuida, protege y mima y para garantizar el cuidado vende accesorios para mascotas y camina sin importar su discapacidad física, más de 6 kilómetros con tal de conseguir el concentrado y el agua para sus perros.
Esta historia de amor entre Margarita y sus caninos vive un drama hace unos meses desde que le notificaron que va ser desalojada, porque la dueña de la finca pidió la restitución del inmueble. Y aunque los colectivos ambientalistas de la población la apoya, la decisión de sacarla no ha cambiado.
Mientras clama, en medio de sus lágrimas, que alguien le ceda un lote para albergar a sus animalitos y que no la desalojen, asegura que la única alternativa que le ofrece la Alcaldía de Barbosa es que le entregue los 85 perros para llevarlos a un lugar donde estarían lejos de Margarita.
