Pico y placa Medellín

icon
-
icon
-
noun-live-broadcast-1664839 Señal en vivo

Los TLC con EE.UU. y la UE abren la industria tabaquera colombiana a la expansión

Tolú Viejo (Colombia), 21 dic (EFE).- Los Tratados de Libre Comercio (TLC) firmados por Colombia con EE.UU., que entró en vigor este año, y con la Unión Europea, que lo hará en 2013, son la plataforma que buscaba la industria tabaquera del país suramericano para consolidar su producción y abrirse a la exportación.

Si bien el tabaco nunca ha sido un pilar clave de la economía en Colombia, al contrario de otros países caribeños, el gerente de la Federación Nacional de Productores de Tabaco (Fedetabaco), Heliodoro Campos, informó de que se trata de "uno de los cultivos que mayores ingresos en bruto dejan por hectárea".

Según el Ministerio de Agricultura, el área sembrada de tabaco en 2011 era de 11.000 hectáreas, un 5% más que en el año anterior, sin datos aún cerrados para 2012.

Pese al llamamiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para reducir la superficie de tabaco cultivada en el mundo, Colombia ha cerrado filas en favor de este sector, con la vista puesta en los TLC con EE.UU. y la UE, que le permitirán crecer en este mercado.

El Ministerio de Agricultura calcula que el TLC con Estados Unidos ofrece un potencial de ventas a este país de más de 4.000 toneladas anuales, que representarían unos ingresos de 25 millones de dólares, mientras el acuerdo con la UE reportaría unos 100 millones de dólares en los próximos siete años.

Ante estas perspectivas, Coltabaco, la filial colombiana de Philip Morris, que cuenta con el 51,3% de cuota de mercado, aspira a que su producción en 2020 supere las 11.000 toneladas anuales de tabaco, lo que, según la empresa, generarían unos ingresos de exportación de 32 millones de dólares cada año.

Su objetivo es llegar a las 7.000 hectáreas, frente a las 5.230 actuales, y expandirse en las regiones tradicionalmente fértiles como los Montes de María, en el Caribe.

Las ventajas que ofrece el tabaco frente a otros cultivos tradicionales, como la yuca, el maíz o el ñame, son sus mejores precios en el mercado internacional y un mayor número de cosechas, lo que se traducirá para los agricultores en mayores ventas.

El tabaco se ha convertido así en una opción para los campesinos que ven en este cultivo una forma de complementar sus ingresos, especialmente en Montes de María, una zona muy castigada por el conflicto armado interno que vive Colombia desde hace casi 50 años.

En 1997, Blas Samuel Alvis, campesino originario de El Salado, huyó de ese municipio con su familia y abandonó sus 103 hectáreas tras una matanza perpetrada por paramilitares.

Después de tres años de reclamos, el Estado colombiano reconoció a Alvis como víctima de desplazamiento y hoy tiene, junto a su familia, una pequeña parcela de 6,5 hectáreas, de las cuales 0,5 las dedica al cultivo de tabaco.
"El ingreso es más rápido, porque aquí uno siembra yuca y sabe que viene a servir a los siete u ocho meses y el tabaco a los seis meses ya tiene beneficios", declaró este campesino en el municipio de Tolú Viejo.

Y es que si con la yuca obtiene un millón de pesos anuales (558,5 dólares), con media hectárea de tabaco produce alrededor de 500 kilos, que le reportan unos ingresos cercanos a los cinco millones de pesos (2.792,5 dólares) al año, explicó.

Aún así, el director del Instituto Internacional de Estudios del Caribe y del Observatorio de Montes de María, Amaranto Daniels, advirtió de que los beneficios para los campesinos siguen siendo bajos en relación a las ganancias de las grandes tabaqueras.

"El cultivo de tabaco puede ser una alternativa creíble para mejorar las condiciones de vida de la población desplazada, pero debe ser un imperativo para las empresas tabacaleras asumir el pago de los costos de producción en cuanto a salarios justos, seguridad social y responsabilidad empresarial", sentenció sobre las perspectivas de este cultivo en Colombia.