[Comentario de LACalle]
El programa Buen Comienzo de la Alcaldía de Medellín sorprende cada vez más, tanto a sus beneficiarios y a la ciudadanía, como a quienes tienen sus ojos puestos en la ciudad desde el resto del mundo, incluyendo el resto del país.
“Buen Comienzo abre la ventana de la libertad para sus hijos”.
Esas fueron las palabras que les dijo el Alcalde Alonso Salazar a mil 180 reclusas que con 400 niños, hijos de ellas, empezaron a beneficiarse de la “Sala de Desarrollo Integral” que el programa Buen Comienzo abrió para ellos y ellas en la cárcel El Pedregal, corregimiento San Cristóbal.
Ello habla por sí solo de la bondad de este programa que, mirado desde la historia que nos identifica, significa hoy el más formidable puente que ciudad alguna haya concebido: no es visible ?ese puente?, pero une el presente con el futuro sobre bases traídas, curiosamente, de los vacíos del pasado.
“Un buen comienzo no desaparece nunca, ni siquiera con un final”, advirtió el escritor holandés Harry Mulisch.
Ciento veinte mil millones de pesos al año asegura la ciudad para este programa. Más que voluntad, podría llamarse voluntad esclarecida. El también escritor Graham Greene, británico, dijo que “siempre hay un momento en la infancia cuando la puerta se abre y deja al futuro salir”.
El programa de Medellín ayuda a que esa puerta no se abra a los trancazos.
Luis Alirio CAlle M.
@luisaliriocalle
