En un mundo cada vez más digitalizado, donde los videojuegos, las redes sociales y el streaming dominan el tiempo libre, los juegos de mesa están resurgiendo como una actividad favorita entre los jóvenes.
Este fenómeno no solo responde a la nostalgia, sino también a una necesidad de conexión humana más profunda y significativa.
“Los juegos de mesa han requerido turnos, estrategia, al necesitar todo este engranaje de reglas, permiten al sujeto enfrentarse a la regulación emocional, a la toma de decisiones y de igual manera al relacionamiento con otros” menciona el psicólogo y profesor de la Uniminuto, Sebastián Barrientos.
Los juegos de mesa, desde los clásicos como el ajedrez y el Parques hasta títulos modernos, ofrecen una experiencia interactiva que trasciende las pantallas. Permiten el encuentro cara a cara, fomentan la creatividad y estimulan habilidades estratégicas y de resolución de problemas.
“La interacción que permite el juego de mesa, es la posibilidad de entrar en contacto con otro sujeto, de ver allí la cantidad de reacciones verbales, no verbales, y una interacción del cuerpo presente, sin mediación de pantallas”, complementa Sebastián Barrientos.
En un momento donde la desconexión digital se valora como una forma de autocuidado, esta actividad se convierte en una manera ideal de reconectar con los demás.
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