La historia futbolística de Leonardo Acevedo inició como la de muchos futbolistas colombianos. En una pequeña cancha de cemento junto a sus amigos.
Cuando los padres de Leonardo se dieron cuenta de las condiciones naturales con la pelota, lo inscribieron en el equipo del SENA y antes de ser fichado por el Porto, llegó a Nacional. Allí conoció a Alexander Mejía quien le regaló los guayos que necesitaba para jugar. Con apenas 18 años, Leonardo viajó a Portugal. Fue un tiempo difícil para este joven que se tuvo que valer por sí mismo en una ciudad extraña y al lado de gente desconocida.
La soledad no duró mucho tiempo. Leonardo conoció a Patricia Ferreira, una mujer que ha sido fundamental para que el delantero antioqueño se sienta como en casa en Porto.
