Ammán, 15 nov (EFE).- Por primera vez desde el comienzo de la primavera árabe, las protestas en Jordania, aunque todavía no son multitudinarias, demandan la caída del régimen y han derivado en violencia, lo que supone una escalada sin precedentes en este país.
Hasta ahora, pedir el derrocamiento del régimen encabezado por el rey Abdalá II era una "línea roja" que los manifestantes no habían cruzado.
Sin embargo, superado ese tabú en las marchas contra la subida del precio de los carburantes -anunciada el martes por el Gobierno-, los analistas consideran que puede haber cambios notables en el país, que llevaba dos años viviendo manifestaciones que pedían solamente "reformas políticas".
El reputado columnista jordano Fahd Jitan prevé que las protestas vayan en aumento porque "el gobierno ha fracasado, después de semanas de una intensa campaña en los medios de comunicación, a la hora de convencer a la opinión pública de que apoye su decisión".
Expertos consideran que el escenario se ha vuelto más complicado también para el primer ministro jordano, Abdalá Ensur, quien ha insistido en que la decisión es irreversible.
"La calle jordana no se detendrá en este punto, después de que el Gobierno haya declarado que no tiene intención de cancelar la medida", vaticinó Mohamed Abu Roman, analista del Centro de Estudios Estratégicos de la Universidad de Jordania.
Para Abu Roman, la crisis actual "no trata de fuerzas políticas regidas por las reglas del juego político, sino de una bomba de relojería que se llama pobreza ¿Qué va a perder un hombre que lleva cuatro años buscando un puesto de trabajo si se echa a la calle?".
Al establecer la nueva ley electoral el pasado mes de julio, se produjo una "crisis de confianza" entre el régimen y la población, y el posterior anuncio de la subida de los precios, antes de recuperar esa confianza, "condujo a esta explosión de la situación", dijo el popular activista opositor Abdalá Mahadin.
El rey ha expresado más de una vez su apoyo total a la reforma política en Jordania y aseguró que él mismo "lucharía contra la corrupción", y optó desde el principio por no utilizar la violencia contra los manifestantes.
Esta política ayudó al régimen a permanecer a salvo de consignas que pidieran su caída, pero la impopular decisión de eliminar los subsidios al combustible ha provocado un cambio radical en los lemas, que critican al rey directamente por primera vez.
En los últimos meses, justo después de que EEUU elogiara las reformas en Jordania, las fuerzas de seguridad comenzaron a arrestar a activistas, lo que se entendió ampliamente como un cambio en la política del gobierno ante las manifestaciones.
La pasada noche registró la primera víctima mortal en las protestas, el estudiante Qais Omari, de 22 años, que murió en la provincia septentrional de Irbid, pero su tribu rechazó recibir su cuerpo para su entierro.
Su padre, Taysir Omari, rechazó la versión del Directorio de Seguridad Pública (DSP) de que su hijo murió cuando atacaba junto a otros hombres armados una comisaría, e insistió en que Qais se hallaba desarmado a 250 metros de los policías y murió mientras hablaba con él por el teléfono móvil.
Para el investigador Abu Roman, también hay protestas en España, Italia o Grecia por las políticas económicas, pero la diferencia es "la falta de legitimidad democrática que tienen nuestros gobiernos respecto a los suyos".
Este analista considera que la única salida a la actual situación es que se declare el estado de emergencia en el país, bajo el cual podrá enmendarse la polémica ley electoral, de forma que allane el camino a la participación de la oposición, liderada por los islamistas, en las elecciones previstas para enero.
Para el activista Mahadin, lo más relevante de las nuevas protestas es que han sido "espontáneas", lo que indica que a partir de ahora "será la población la que tomará la iniciativa, no el movimiento opositor".
La "mayoría silenciosa" en Jordania, que ha permanecido en sus casas desde el comienzo de la primavera árabe y que siempre ha sido una fuente de seguridad para el régimen, amenaza ahora con convertirse en su nuevo dolor de cabeza en esta crítica etapa.