El conflicto armado les arrebató a las Madres de la Candelaria la posibilidad de volver a cocinar y servir la mesa para sus hijos y familiares, pero no sólo a ellas, a miles de menores también les fue negada la posibilidad de disfrutar de una comida junto a sus padres. Como parte de la programación de Mayo por la Vida, y como una acto simbólico de memoria y resiliencia, las Madres de la Candelaria cocinaron para ellas y para cerca de 150 menores, hijos de desaparecidos y víctimas del conflicto armado.
Pico y placa Medellín
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