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Santiago de Chile, 26 mar (EFE).- El ministro colombiano de Defensa, Rodrigo Rivera, aseguró que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) están en la actualidad acorraladas y con su capacidad operativa muy disminuida, gracias a la política del Gobierno del presidente Juan Manuel Santos.
"Las FARC están acorraladas y estamos yendo hacia sus madrigueras", afirmó Rivera en una entrevista que publica hoy el diario El Mercurio, de Santiago.
"Para pacificar el país no hay que pedirle permiso a la guerrilla", sostuvo además Rivera, que esta semana visitó Chile para firmar un memorando de entendimiento sobre cooperación en industria militar, entrenamiento, capacitación e información entre las Fuerzas Armadas de ambos países.
"Las FARC están huyendo de una gran ofensiva de las fuerzas públicas. Están confinadas a lugares muy remotos de la geografía nacional, donde históricamente han tenido sus campamentos madre y donde se sienten un poco más a gusto y cómodos por el conocimiento del terreno", aseveró el ministro colombiano.
Agregó que los guerrilleros "no tienen la capacidad de secuestros masivos que tenían antes. Y los pocos que se dan son respondidos con gran fortaleza por las fuerzas militares y policiales con rescates o con liberaciones. Tampoco tienen acceso a las grandes urbes".
Según Rivera, la decisión del Gobierno de pacificar el país se refleja en que "estamos yendo por ellos. Yendo a la ofensiva, a sus madrigueras".
Admitió que se trata de una decisión que "expone a nuestros hombres, a que ellos (la guerrilla) les causen daños con minas antipersonales, con explosivos, pero es el precio que tenemos que pagar para conseguir un exitoso resultado de acabar con la estructura de las FARC, del ELN (Ejército de Liberación Nacional) y también de las bandas criminales".
De forma paralela, añadió, el Gobierno mantiene una oferta con garantías para los guerrilleros que depongan las armas y se entreguen, porque "no queremos que nadie muera, ni siquiera un terrorista".
"Les insistimos en que Colombia es un país de segundas oportunidades. Que den un paso al lado, que cambien de vida, que dejen la decisión de hacer daño, y que se desmovilicen. Les ofrecemos todas las garantías para una nueva vida, como muchos guerrilleros que se han entregado", dijo.
"Si no lo hacen, la orden es intensificar los operativos contra ellos y capturarlos o darles de baja para que termine esta pesadilla que hemos sufrido por tanto tiempo los colombianos", añadió.
En ese campo, el ministro colombiano destacó la importancia de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, que se debate actualmente en el Senado.
"Lo importante es que la gente comprenda que la determinación del Gobierno es acabar con la violencia, no acostarnos con ella, no resignarnos a que es parte del paisaje", explicó.
"Eso sólo lo podremos lograr, si además de esta ofensiva militar y policial coercitiva del Estado tenemos una ofensiva de justicia", agregó.
Esta última , precisó, implica que "aquellos que fueron despojados de tierras o victimizados por grupos violentos terroristas, guerrilleros o traficantes, reciban reparaciones monetarias, simbólicas, por el daño que recibieron. Es un proceso de sanar heridas, abiertas de la sociedad colombiana".