Bogotá, (EFE). Las cárceles colombianas, que padecen un hacinamiento endémico, deben ser preparadas para cumplir con los requisitos del postconflicto y acoger a los miles de desmovilizados que lleguen con la paz, alertó Eric Sottas, enviado especial de la Organización Mundial Contra la Tortura (OMCT).
Sottas, que evaluará en Colombia las condiciones de los internos en las cárceles de Valledupar e Ibagué tras la prohibición para hacerlo el año pasado, explicó en una entrevista con EFE que las prisiones deberán cambiar si se llega a un eventual acuerdo de paz.
"Oficialmente se dice que se separará a los presos en categorías en función del delito, pero por lo que sabemos esa distinción no es posible porque hay demasiada gente", cuestionó.
Así las cosas, las dos posibilidades para darles cabida son instaurar "penas sustitutivas" para los delitos menos graves o diseñar un sistema de justicia separado para los desmovilizados que podrían producirse con la firma de la paz entre el Gobierno y las Farc.
"Hay que ver cómo reorganizar la represión de tal modo que no se siga dictando solamente una sentencia estándar, sino tratando de hacer que haya menos gente que vaya a la cárcel a través de otro sistema de penas alternativas", subrayó Sottas.
El enviado de la OMCT, que desde hace cinco años visita las cárceles colombianas, dudó además de que la pena de prisión sea "la mejor solución" para todos los casos de justicia transicional, modelo que el Gobierno aspira a aplicar en los casos de desmovilizados por un acuerdo de paz.