La alborada que le dio la bienvenida a la navidad en el Valle de Aburrá, se generó de manera pacífica, sin embargo, pese a los controles de la policía fue inevitable escuchar el sonido de la pólvora a las 12 de la noche.
Los lugares más altos de Medellín, así como los miradores y puentes, fueron elegidos por miles de ciudadanos para a la media noche presenciar la quema de pólvora masiva que le da la bienvenida a diciembre, esto pese a las prohibiciones.
Los compradores de pólvora aseguran que las regulaciones, retenes y demás operativos policiales han aumentado, haciendo más difícil su compra y transporte por la ciudad.
La periferia de la ciudad es la más sensible a la compra y venta de la pirotecnia, según la policía.