Vilna, 6 sep (EFE).- Los países de la Unión Europea defendieron hoy la importancia de abordar en Naciones Unidas la respuesta al uso de armas químicas en Siria, pero no se pronunciaron en contra de los planes de Estados Unidos para actuar sin el aval del Consejo de Seguridad.
Los Veintiocho responsabilizan al régimen de Bachar al Asad del ataque en las afueras de Damasco el pasado 21 de agosto en el que habrían muerto más de 1.400 civiles, y, con toda una serie de distintos matices, apoyan una respuesta contundente.
Esa fue la postura expresada hoy por gran parte de los Estados miembros, cuyos ministros de Defensa y de Asuntos Exteriores mantuvieron sendas reuniones en Vilna en las que abordaron la crisis siria a la espera del encuentro que los jefes de la diplomacia mantendrán mañana con el secretario de Estado norteamericano, John Kerry.
Kerry viajará a la capital lituana en busca de apoyo al ataque previsto por EEUU contra Siria en respuesta al empleo de armas químicas, en el que por ahora un único país europeo, Francia, tiene previsto participar.
El mensaje político de la UE, sin embargo, es importante para Washington, a la luz de la división registrada en el G20 en San Petersburgo (Rusia), donde el presidente Barack Obama no logró acercar posturas con su homólogo ruso, Vladímir Putin, que hasta ahora ha bloqueado toda resolución contra Damasco en la ONU.
La UE, en general, no se opone a una respuesta militar estadounidense, pero quiere que el asunto se debata antes en Naciones Unidas sobre la base del informe que preparan los inspectores de la ONU que analizan el ataque químico en Siria, tal y como exigieron hoy varios ministros.
A priori, ese podría ser el mensaje que lance mañana la jefa de la diplomacia comunitaria, Catherine Ashton, como postura del bloque al término de la reunión ministerial y como punto de entendimiento común entre los Veintiocho, que evitarían de esa forma aparecer divididos.
Por ahora, esa fue exactamente la línea expresada hoy por Alemania, que se encuentra a mitad de camino entre los países más favorables a un ataque y aquellos que mantienen más reticencias.
El ministro germano de Exteriores, Guido Westerwelle, subrayó la importancia de esa investigación "independiente" dado que "hay otros países importantes" en el mundo que, a diferencia de europeos y estadounidenses, "tienen dudas" sobre la responsabilidad de Al Asad.
Los grandes países de la UE, con mayor o menor entusiasmo, respaldan la línea de la Administración Obama, con Francia y el Reino Unido como los más importantes apoyos.
París, en todo caso, esperará a conocer el informe de la ONU antes de decidir su participación definitiva, a pesar de que el jefe de su diplomacia, Laurent Fabius, le restó hoy importancia al considerar que no aportará nuevos elementos.
Londres, mientras, reiteró todo su apoyo a una "respuesta firme", pero no intervendrá tras el "no" de su Parlamento.
Además, Washington obtuvo hoy el apoyo explícito de España y de Italia, que firmaron un comunicado conjunto de once países en favor de una "fuerte respuesta internacional" al uso de armas químicas en Siria y de las iniciativas estadounidenses, destacando la situación de bloqueo en el Consejo de Seguridad.
Pese a la práctica imposibilidad de que una resolución prospere en Nueva York, un buen número de ministros europeos subrayaron hoy la importancia de que el asunto al menos se plantee en ese foro.
"Yo pido que hagamos todo para tener este debate en el Consejo de Seguridad", señaló el ministro luxemburgués, Jean Asselborn, una postura que también expresaron el holandés Frans Timmermans y el sueco Carl Bildt.
En todo caso, dentro de la reunión mantenida en Vilna por los ministros de Defensa el apoyo fue generalizado para los planes de Washington para llevar a cabo una intervención militar limitada en tiempo y objetivos, según indicaron fuentes comunitarias.
Todos en Europa insisten, a la vez, en que la solución a la guerra en Siria sólo puede ser política y urgen a avanzar en la convocatoria de una conferencia de paz.
En Vilna también habló hoy el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, que volvió a defender una intervención militar incluso si no hay una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.
Rasmussen recordó el precedente de Kosovo en ese sentido, donde se intervino sin una "resolución explícita" en respuesta a acciones que violan principios básicos de la legalidad internacional, algo que a su juicio vuelve a suceder en el caso sirio.
Mario Villar