Colombia viene logrando una de las mejores eliminatorias de los últimos 20 años al terminar con 12 puntos de 18 posibles, un rendimiento del 66.66%, invicta luego de 6 compromisos y clasificada parcialmente, con su tercer lugar, para el Mundial de 2026 en Estados Unidos, Canadá y México.
Además de ajustar 26 años sin perder en Asunción (allá no cae desde abril 2 de 1997 cuando fue derrotada 2-1 por el onceno guaraní para el Mundial de Francia-98) gracias al 1-0 sobre Paraguay con el buen cobro de penalti de Rafael Santos Borré (a los 11 minutos del juego), el combinado patrio termina este 2023 con cara de satisfacción por haber logrado otro hito que parecía inalcanzable: ganarle a Brasil por primera vez en la Eliminatoria y lo hizo con el 2-1 en Barranquilla en una bendecida noche para Luis Díaz.
Seguramente en el 2024 se escribirá otra historia, porque hasta dentro de 10 meses no volverá la competición por los cupos para el Mundial de Norteamérica en 2026 cuando visite a Perú el 5 de septiembre en Lima y reciba el 10 de ese mes a Argentina.
Independiente de ello, de este 2023 habrá que hacer énfasis en que esta Colombia que dirige el argentino Néstor Lorenzo terminó jugando bien al fútbol, recuperó su identidad del toque-toque, es aplicada en defensa y genera mucho fútbol ofensivo, aunque deberá trabajar en la definición para sufrir menos los compromisos, como lo admitió ante los medios el mismo entrenador luego del 1-0 frente a los paraguayos diciendo que “generamos mucho, pero nos cuesta convertir, ya que terminamos sufriendo hoy un partido que pudimos haberlo definido un poco antes”.
Para ser justos con este proceso también habrá que resaltar que la Selección actual supo combinar la experiencia del portero Camilo Vargas, la seriedad del recuperador Jéfferson Lerma y la claridad del buen creativo James Rodríguez con la de varios jóvenes que convencen con su capacidad y adaptación al grupo: Kevin Castaño, Cristian Borja, Carlos Cuesta, John Lucumí y John Arias, quien además de ser campeón de la Copa Libertadores con Fluminense de Brasil, es de los más destacados con Colombia.
No se puede negar que a Colombia le falta gol (apenas ha convertido seis en igual número de partidos, aunque sólo ha recibido tres), a veces regala los primeros tiempos y en varios encuentros terminó metida en su área por los cambios desacertados de su entrenador, como ocurrió ante Paraguay al sacar a Kevin y James, dejando al equipo sin claridad.
Sin embargo, llega un receso de 10 meses para que el cuerpo técnico haga los debidos ajustes, los cuales deben llegar antes de la Copa América de 2024 en Estados Unidos, donde la misión debe ser la búsqueda de otro título, ese que no se consigue desde 2001, cuando Iván Ramiro Córdoba le anotó de cabeza a México para dar la inolvidable vuelta olímpica en el estadio El Campín de Bogotá.