La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado el día 28 de julio como el Día Mundial contra la Hepatitis, en honor a la fecha de nacimiento del Nobel de Medicina de 1976, Baruch Blumberg, quien descubrió el virus que causaba la hepatitis B y desarrolló la primera vacuna contra esta enfermedad.
Sus variantes B y C afectan a más de 520 millones de personas en todo el mundo.
El técnico de la OMS sobre hepatitis, Steven Wiersma, señaló en Ginebra que la mayoría de estas personas ignoran que padecen la infección, por lo que se exponen a la posibilidad de contraer una enfermedad hepática, así como de transmitir la infección a otros.
Según datos de la OMS, cerca de un millón de defunciones se atribuyen cada año a la hepatitis, y los virus de la hepatitis B (VHB) y C (VHC) son la causa principal del 78 por ciento de los casos de cáncer de hígado en el mundo.
Casi uno de cada tres habitantes del planeta -unos 2.000 millones de personas- está infectado por el virus de la hepatitis B y uno de cada doce, más de 520 millones de personas, padecen una infección crónica por VHB o VHC.
Wiersma recordó la importancia de la prevención, ya que existen vacunas seguras y eficaces contra las infecciones VHA y VHB, así como la posibilidad de recibir un diagnóstico rápido en caso de haber contraído hepatitis para comenzar un tratamiento lo antes posible.
Se calcula que ya reciben tratamiento entre el 20 y el 30 por ciento de las personas infectadas por el VHB, que se transmite por la exposición a sangre, semen y otros fluidos corporales infectados y que puede derivar en cáncer de hígado si no se trata a tiempo.
Sin embargo, no existe ninguna vacuna que prevenga contra la infección por la variante C (VHC), que se transmite casi siempre por exposición a sangre contaminada, lo que puede suceder en casos de transfusiones de sangre o por el uso de jeringuillas infectadas.
La transmisión sexual del VHC también es posible, pero es menos común.
Debido a la importancia de la prevención, la OMS está preparando una plan de trabajo integral sobre la hepatitis para todos los Estados miembros, que incluye el establecimiento de planes de vacunas y facilidades para disponer de sangre de calidad para transfusiones y de jeringuillas limpias.
La OMS precisó que se han conseguido avances en este sentido, ya que en 2009 el 91 por ciento de los estados incluían la vacuna contra la hepatitis B en los programas de inmunización infantil.
Además, más del 70 % de los lactantes recibieron tres dosis de esa vacuna, lo que les confiere protección de por vida contra el virus.
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