La Cancillería informó hoy de que "adelanta gestiones" para que las autoridades chinas reconsideren la pena de muerte impuesta al ciudadano Harold Carrillo Sánchez, condenado en Pekín el pasado mes de abril por tráfico de cocaína.
"Puesto que la Constitución colombiana no contempla la pena de muerte por la comisión de un delito, se están adelantando gestiones ante el Gobierno de la República Popular de China con el fin de que las autoridades competentes chinas reconsideren la pena impuesta al señor Harold Carrillo Sánchez", expuso la cancillería en un comunicado.
Además, el ministerio de Relaciones Exteriores enfatizó: "el Gobierno de Colombia nunca aceptará la pena de muerte para sus connacionales". Agrega que desde que se notificó la detención de Carrillo por portar tres kilogramos de cocaína, la Cancillería ha estado en contacto con el consulado de Colombia en Pekín y con los familiares del sentenciado.
La esposa del condenado, Luz Farid Celis, relató que su marido, un taxista nacido en Cali hace 45 años, viajó a China el 11 de marzo de 2010 y señaló que sólo les dijo "que iba a un viaje de negocios". "Desde entonces no hemos tenido ningún tipo de comunicación con él, pero a los veinte días de su marcha nos llamaron de la Cancillería y nos informaron de que él estaba detenido en China", comentó.
La familia conoció a través de la Cancillería que en una audiencia celebrada el pasado mes de octubre Carrillo se declaró culpable, y en abril se enteraron que fue sentenciado a pena de muerte. Celis explicó que si dentro de dos años su esposo "muestra arrepentimiento y buen comportamiento será cambiado a cadena perpetua".
La esposa del taxista condenado había pedido al Gobierno colombiano y a otros organismos de Derechos Humanos que intercedieran ante las autoridades chinas para revisar la magnitud de la sanción, pues consideró que su marido "debe pagar por su error, pero no con una pena de muerte".
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