En 1974, en medio del dolor por la pérdida de su hijo Pedrito Botero, el maestro Fernando Botero decidió que su legado pasara a la historia a través de un regalo muy especial a la Biblioteca Pública Piloto. Donó un cuadro con un retrato de su hijo como tributo.
"Aunque este cuadro no se encuentra actualmente expuesto debido a razones de seguridad, la biblioteca, como guardiana de la memoria viva de la ciudad, de Antioquia y del país, se encarga del mantenimiento y la conservación de esta obra y de este valioso legado patrimonial", explicó Deisy Álvarez, líder de Comunicaciones de la Biblioteca Pública Piloto.
Esta obra se convirtió en un icono que inspira el trabajo en pro de la literatura en las nuevas generaciones. Hoy en día, existen varios espacios, concursos y actividades que llevan el nombre de Pedrito Botero.
"Si bien su pérdida nos entristece, también es un gran honor haber contado con el apoyo que nos brindó a lo largo de todos estos años. Es un honor tener nuestras salas infantiles bautizadas con el nombre de su hijo. Somos conscientes de que somos custodios de su legado, y ese legado perdurará para siempre en nuestros corazones y en nuestra institución", añadió Deisy Álvarez.
La Biblioteca Pública Piloto se despide también del maestro Fernando Botero, agradeciendo el legado que dejó y comprometiéndose a mantener viva la chispa literaria en las nuevas generaciones. El nombre de Pedrito Botero perdurará eternamente como parte de su esencia.
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La Biblioteca Pública Piloto preserva el legado de Pedrito Botero
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