La implosión programada para el 23 de septiembre será a las nueve de la mañana, pero la evacuación de por lo menos seis unidades residenciales cercanas iniciará dos horas antes. Ese mismo día, los habitantes podrán sacar a sus mascotas, cerrar las ventanas y tapar las piscinas, para evitar que el polvo pesado las cubra y puedan sufrir daños.